Qosqo, Capital Sagrada de los Inkas

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IGLESIA Y CONVENTO DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

La Orden Franciscana fue fundada por San Francisco natural de Assisi en la actual Italia hacia inicios del siglo XIII; los franciscanos llegaron al Qosqo en los primeros años de la conquista y se asentaron en la actual zona de San Blas, luego en la plazoleta de las Nazarenas, en el antiguo palacio Qasana de Pachakuteq sobre la Plaza de Armas y finalmente en su actual ubicación en la Plaza de San Francisco hacia 1549. Se desconoce quien fue el arquitecto que diseñó la actual estructura aunque se conoce que quien la concluyó en 1652 fue el arquitecto cusqueño Francisco Domínguez Chávez y Arellano que trabajó como albañil mayor; la estructura de la actual iglesia es relativamente simple y consta de una sola torre con dos puertas de ingreso, pero es sólida y fabricada con andesitas de construcciones prehispánicas. Sus obras de arte originales fueron destruidas por un Prior que "modernizó" la iglesia con burdas obras neoclásicas de yeso; su actual altar mayor es neoclásico y de yeso, ostenta a San Francisco de Asís en la porción central y la Inmaculada Concepción en la parte superior; existen además otros 11 altares menores todos de yeso, además tiene un púlpito antiguo de cedro.

Su claustro conventual es el más antiguo de la ciudad con tendencia renacentista e influencias diversas, tiene un artesonado impresionante; aquí se halla un enorme lienzo que posiblemente sea el más grande en el continente y mide unos 12 mts. de altura por 9 de ancho, fue pintado por Juan Espinoza de los Monteros hacia 1699 y representa 12 ramas de la orden de los franciscanos que en total contiene 683 personajes, 224 escudos nobiliarios y 203 leyendas biográficas. Es impresionante además el coro alto de la iglesia que fue tallado en cedro local por los franciscanos Fray Luis Montes, Isidro Fernández Inka y Antonio de Paz, hacia 1652; ese coro contiene las imágenes de 93 Santos de la Iglesia Católica, su facistol es también hermoso, y posee un imponente órgano alemán. Son innumerables además, los lienzos en las diversas salas y claustros, casi todos ellos anónimos de la escuela cusqueña en pintura.