Qosqo, Capital Sagrada de los Inkas

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Hiram Bingham III
Albert Antony Giesecke
Monumentos Plaza de Armas Cusco

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MONUMENTOS Y ALGUNOS ELEMENTOS DE LA PLAZA DE ARMAS DEL QOSQO

El gran Wakaypata cusqueño es sin duda uno de los lugares más bellos y acogedores del mundo, desde su establecimiento hace más de tres mil años hasta hoy ha tenido innumerables cambios, procesos sublimes y gratos pero también algunos violentos. Atrás quedaron las civilizaciones aguerridas y conquistadoras que la ocuparon para ser hoy utilizada por hombres de todas las razas, colores, credos y nacionalidades que se entremezclan y confunden como en las más atractivas urbes del mundo.

Es una plaza viva, que cada día atestigua cosas nuevas y olvida otras. Se han olvidado o perdido muchas cosas, empezando por su nombre hace milenios, o el nombre Quechua que debió tener. Wakaypata es el nombre más aceptado, aunque podrían ser Aukaypata, Haucaypata o Wakapata. Wakaypata o Plaza del Llanto surge por oposición a Kusipata que era la otra mitad de la gran Plaza de los Inkas y que significa Plaza del Regocijo. Como casi todos los cronistas lo escribieron, la gran Plaza que en tiempos inmemorables era una ciénaga que los inkas drenaron y modificaron; estaba dividida en dos sectores por el canalizado Rio Saphi y su superficie cubierta con arena de las costas del  Océano Pacifico. Victor Angles sostiene de manera simple que la porción oriental o Wakaypata era utilizada para las grandes ceremonias religiosas y sociales, y la porción occidental o Kusipata para el jolgorio después de esas ceremonias. En aquel entonces esa gran Plaza estuvo rodeada por los palacios de los soberanos Quechuas, allí también estaba el Sunturwasi sobre el que los españoles edificaron la primera catedral. En medio del Wakaypata se erigía imponente el Usnu o plataforma de piedra labrada desde donde los nobles orejones y sacerdotes dirigían las más imponentes ceremonias del continente Americano.

Fue en esta Plaza y la Catedral fundada por los europeos donde en 1536 Manko Inka estuvo a punto de liquidar a los conquistadores. El Capitán Garcilaso de la Vega ordenó la erección de una pileta de piedra en medio de la Plaza en 1555. Fue también aquí donde en 1572 fue cruelmente ejecutado el último heredero de la dinastía de los Inkas, Tupac Amaru I a quien le seccionaron la cabeza; en los alrededores estaba presente y observaba lleno de satisfacción su verdugo, el Virrey Francisco de Toledo. Fue también aquí donde en 1780 José Gabriel Tupac Amaru II, otro descendiente noble de los Inkas, presenció la ejecución de su esposa, hijos, parientes y amigos para finalmente ser descuartizado y después asesinado por haber tenido la osadía de levantarse en armas contra el poder de turno. Fue también esta Plaza que presenció en 1815 la ejecución de los patriotas hermanos José, Vicente y Mariano Angulo que al lado de Mateo Pumacahua habían encabezado una conjura contra el gobierno colonial.

La independencia no significó un cambio drástico en la ciudad capital que había sido diezmada en la colonia; su plaza otrora grandiosa y brillante lucía adormecida, descuidada y aún olvidada. En el piso de la plaza funcionaba hasta las primeras decadas del siglo XX el Qhatu o mercado de abastos. En 1872 se instaló la actual pileta de hierro fundido, en la cúspide se colocó un monumento al primer soberano Inka, Manko Qhapaq.
La pileta en mención fue manufacturada por la compañía Janes, Kirtland & Co. que en su catálogo de 1870 era ofertada simplemente como la fuente numero 5, y su valor era de $ 2,500.00 . Se han perdido los datos de la compañía neoyorquina para conocer al comprador de la pileta y en el Cusco no se conocen muchos detalles. La mencionada compañía se hizo muy famosa por haber también fundido las piezas de hierro que forman la cúpula del capitolio de los EEUU.


En los últimos siglos, la inclinación política de muchos intelectuales cusqueños ha deformado la percepción de algunos elementos críticos de la ciudad y su realidad. Muchos se han empecinado en llamar a la ciudad “Cusco Rojo”, y en su cometido han borrado o alterado los datos para desterrar cualquier alusión al “Imperialismo Yankee”. La pileta de la plaza de armas fue diseñada por el escultor francés J.P. Victor Andre y fundida en el Bronx, Nueva York  durante la segunda revolución industrial en Norteamérica. Otras fuentes idénticas fueron instaladas en las ciudades norteamericanas de Savannah, Georgia, en Poughkeepsie, Nueva York y en Madison, Indiana.

Cuando Hiram Bingham llegó de vuelta al Cusco en 1915, encontró encima de la fuente de hierro un monumento que representaba a un indio norteamericano que fue instalado seguramente entre 1913 y 1914. El Monumento que posteriormente fue conocido como el “Piel Roja” o el “Apache” fue comprado en Philadelphia, EEUU por el entonces rector de la UNSAAC el norteamericano Albert Giesecke. Se conoce que ese joven profesor universitario llegó al Cusco para reorganizar la universidad que se encontraba en crisis. Giesecke además de rector fue concejal y posteriormente Alcalde de la Municipalidad del Cusco en tres periodos consecutivos. Algunas décadas después de su instalación, en el Cusco se borró el recuerdo del origen del indio norteamericano; entonces se creó la leyenda que decía ser la imagen de Moctezuma que por error había sido enviada al Cusco y la imagen de Atawallpa que debía llegar al Cusco estaba perdida en algún pueblo de Mexico. Igualmente en el pueblo de Mount Kisco en Nueva York, tienen una estatua idéntica al indio del Cusco, allá también se creó la leyenda que dice ser la imagen de Atawallpa y que por error fue puesta en ese lugar. El mencionado monumento del indio norteamericano fue manufacturado también en el Bronx, Nueva York por J.L. Mott Iron Works; fundido en una aleación de zinc y en múltiples partes para ser ensambladas. En la actualidad existen una decena de indios idénticos en diversos pueblos de EEUU, a inicios del siglo XX también ese monumento fue ofertado por catalogo. El 5 de setiembre de 1969, el indio de la plaza de armas del Cusco fue derribado de la fuente de hierro; por esa acción fue acusado el periodista Aníbal Acurio Alarcón, a quien aparentemente nunca se le pudo probar tal acto. Los restos de tal monumento permanecieron amontonados en la municipalidad y después en la escuela de Bellas Artes del Cusco; hace unos años desaparecieron y aparentemente fueron vendidos como metal del zinc a una fundición local.

Cusco 1945


La cúspide de la fuente de hierro permaneció vacía durante 4 décadas cuando el año 2011 la Municipalidad del Cusco en medio de protestas y alegatos legales instaló un monumento dorado que representa al Inka Pachakuteq. La permanencia de ese monumento es incierta; seguramente será uno más de los monumentos en la historia de la gran plaza cusqueña.