Qosqo, Capital Sagrada de los Inkas

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HOJAS DE COCA

Las hojas de coca (Erythroxylon coca) han desempeñado un papel muy importante en el desarrollo de la civilización Inkásica, estando íntimamente ligadas a su administración gubernamental, economía y religión; su cultivo y principalmente su uso se extendían desde la Argentina hasta Nicaragua y las Islas del Caribe; el misionero dominicano Tomás Ortiz en 1499 observó plantaciones de coca a lo largo de la costa venezolana. En el Inkario su uso fue bastante controlado porque se consideraban hojas muy especiales; es obvio que como ocurre en la actualidad tuvieron una función protagónica en la parafernalia religiosa porque eran consideradas hojas mágicas.Al producirse la conquista se crean dos bandos opuestos entre la opinión invasora respecto a la coca: la iglesia intenta prohibir totalmente su uso porque está íntimamente ligada a la profundidad religiosa andina y es una planta diabólica que hay que erradicar para arrancar toda idolatría ajena al cristianismo. El otro bando argumenta que la coca es muy importante para los intereses de la colonia porque sin coca los "indios" no podrían soportar las condiciones infrahumanas de explotación a las que son sometidos con trabajos realmente pesados. Además, la producción y comercialización de las hojas de coca representan cantidades inmensas de dinero que ellos podrían dejar de percibir sin la coca; entonces sin coca los "indios" ya no irían a la "mita" de las minas, ya no trabajarían, no habrían metales preciosos; en síntesis, sería el fin de la riqueza del invasor. Aparentemente la opresión se ejerce principalmente en Lima mas en todo el virreynato su producción y comercialización se acentúan porque, por ejemplo, los ingresos de la Catedral del Qosqo provenían del diezmo de su comercialización. A partir de entonces existen cientos de detractores y apologistas de las hojas coca.

Hoy, como en el Inkario la coca es aún un elemento imprescindible en la religión andina; es utilizada para hacer el "k'intu", forma parte en las diversas ofrendas a las deidades ancestrales, y además sirve para poder predecir el futuro mediante personas que sirven de "médium" entre las hojas y la persona interesada, las hojas son lanzadas sobre un manto y el "médium" se encarga de interpretarlas. Por su parte, ocupan un lugar preferencial en la medicina popular de los Andes, en forma de infusiones, cataplasmas o polvos; es normal que los andinos beban infusiones de hojas naturales de coca con fines medicinales ya que se considera que son un efectivo medicamento cuando las personas tienen mareos o dolores de cabeza, afecciones a la garganta y problemas estomacales, y también es bebida para ayudar a las personas que sufren "soroche" en zonas altas; como cataplasmas para aliviar reumatismos y luxaciones. Además, en muchas comunidades altas en los Andes sus poblaciones adultas tienen la costumbre de mascar hojas de coca, éstas son sólo mascadas y no tragadas; para ello se utilizan pedacitos pequeños de "llipt'a" que es una bola de cenizas de algunas plantas como la quinua. La cal contenida en la ceniza ayudará a desprender los alcaloides de la hoja y elementos como el caroteno, thiamina, riboflavina, hierro y calcio; además, está demostrado que la cal de la "llipt'a" ayuda a una fuerte degradación de la molécula de cocaína. El mascar o "piqchar" coca sirve como estimulante capaz de mitigar estados como la fatiga, hambre, sed, etc.; es obvio que quien masca coca no llegará a alcanzar un estado "doping" porque se trata de hojas naturales que necesitarían un proceso químico con elementos como el ácido tártico, ácido clorhídrico puro, éter y sulfato de soda anhidro a temperaturas predeterminadas diferentes, para finalmente producir cocaína. Las hojas de coca contienen 14 alcaloides, de los cuales el más popular y ampliamente utilizado es sólo uno: la cocaína; los otros trece son desperdiciados o simplemente ignorados. Son innumerables los productos benéficos que se han producido a través del tiempo a partir de la coca, desde caramelos, cigarrillos, pastas dentífricas, bebidas como la "Coca Cola" que a partir de 1903 ya no contiene coca, etc. Los efectos secundarios de la masticación de coca han siempre causado polémica que casi siempre ha tenido un tinte político, cultural y aún racial; en la práctica parece tener un efecto mucho menos nocivo que fumar o beber alcohol, José Ángel Escalante al referirse a los Quechuas dice, " "Que la coca los idiotiza" ...puede ser pero entre miles de indios apenas se encuentran dos o tres imbéciles y todos o casi todos "picchan" (no "chacchan") coca. Además no está averiguado que el uso de la coca hace daño. Cuantas arrobas de coca serán necesarias para que simplemente masticadas ni siquiera tragadas, se resuelvan en un gramo de cocaína?

La masticación de la coca es suficiente para convertirla en cocaína? En cambio ¡que dentífrico maravilloso, que vigorizante de milagro es la coca! No hay noticia de que ningún indio haya sufrido dispepsia, haya perdido la dentadura o enfermado de ella, antes de los cien años.".

El nivel ecológico para el cultivo del arbusto de coca se encuentra en la ceja de montaña andina sólo en ciertas zonas ubicadas entre los 800 a 1800 metros de altura (2600 a 5900 pies); en terrenos pobres que no requieren regadío. Oficialmente su cultivo y comercialización están controlados por el gobierno peruano mediante la Empresa Nacional de la Coca, ENACO que debe comprar toda la producción de hojas en el país, que serán utilizadas en la venta lícita para la población y la industria farmacéutica. En la práctica se hallan miles de pequeños campos ilícitos cuya producción es aprovechada por la mafia internacional para la producción de droga; en términos generales se argumenta que en el Perú se produce droga pero que su consumo es ínfimo. Lo controversial al buscar culpables es: ¿quien es más culpable, el productor de hojas de coca, el traficante o el consumidor de droga?: el productor de hojas es un agricultor pobre y no tiene otra alternativa porque el único producto rentable para sus tierras es la coca; el traficante es aquel que saca casi todo el provecho del proceso y el consumidor es un vicioso que dispone de recursos económicos considerables en una gran ciudad rica. La producción de hojas para el consumo de los andinos es pequeña, su utilización y tratamiento están enmarcados dentro de un campo cultural y antropológico; mientras que la mayor parte de la producción, destinada a la farmacopea y el tráfico responden a un campo económico y policial.